MILICIANAS EN EL FRENTE. AGOSTO 1936

Al iniciarse la sublevación contra la República, el gobierno comete el error de licenciar a todas las tropas con la paga integra, con la ilusoria pretensión de conseguir que los soldados abandonen a los oficiales rebeldes.
Lo único que consigue es desmantelar lo que le queda del Ejercito.
Esto obliga a recurrir a los civiles armados.
Estos grupos de voluntarios de toda condición, en el mejor de los casos, tienen la asesoría de algún oficial profesional. Gran cantidad de mujeres ingresan en éstas fuerzas, y se mezclan mujeres comprometidas con otras que, simplemente, la nueva situación revolucionaria les ha dejado sin oficio.