
Tras cuatro años de régimen parlamentario republicano convulso y de continua acción- reacción política, con varios conatos de rebelión tanto de sectores de izquierda como de la derecha, se convocan elecciones generales, las terceras del nuevo régimen. El ambiente, lógicamente, es de tal tensión, que se masca en el ambiente. Frente Nacional contra frente Popular. Se palpa que algo funesto vá a pasar. El miedo y el odio transpira por todos los poros de la nación.

Las funciones de enlace son indispensables en guerra, especialmente en esa época, en la que la telefonía era sólo por cable, y cuya instalación resultaba lenta y laboriosa. Además la red telefónica en las zonas rurales era escasa y frágil. La función de enlace se llevó a cabo a base de motoristas, lo más indicado por velocidad y discreción frente a la aviación rebelde. A medida que avanzaba la guerra, esta labor fue realizada por mujeres, quizá en la esperanza de que el enemigo se cebara menos en ellas, ya que muchos cayeron victimas de las ametralladoras de la aviación facciosa.

Tras tres meses de guerra, la República ha pasado de controlar dos tercios del territorio a algo menos de la mitad. La ineficacia de las milicias frente a un ejército organizado es patente. Una de las causas es la «democratización» de la jerarquia de mando y decisión, a veces plebiscitaria, y otras tomada por personas sin conocimiento militar. Al acercarse peligrosamente a Madrid, el gobierno reacciona y crea el embrión de un futuro ejército disciplinado. Toda la población civil, especialmente mujeres y niños, se aprestan a convertir la capital en un bastión inexpugnable. En un esfuerzo supremo, toda la ciudad es rodeada de toda suerte de atrincheramientos concéntricos y fortines.

Ya en plena guerra, y con prácticamente todos los hombres útiles enrolados en el nuevo ejército, en muchos casos las labores de control de la retaguardia son efectuadas por mujeres, siempre con prestigio político, ya que tienen entre sus funciones desbaratar los planes del enemigo infiltrado entre la población civil, así como descubrir derechistas escondidos. Para éste último fin habrá muchos más organismos especializados.

Después de un año de guerra, las improvisadas milicias se han transformado en el Ejército Popular de la República. En éste ejército de nuevo cuño, es necesario crear una figura que fomente la disciplina y combatividad de la tropa. Surge así el Comisario, a imitación del ejemplo soviético. Estos comisarios, entre los cuales hay muchas mujeres, tienen la función de concienciar politicamente a la tropa y sobre todo servir de ejemplo a la hora del combate. La consigna de éste cuerpo será: Comisario: El primero en el ataque y el último en retroceder. En la práctica también harán funciones de control y limpieza de las poblaciones conquistadas. Su jerarquía en la escala de mando será importante, relativa siempre según el grado, la zona geográfica, y también el prestigio personal y político.

Al iniciarse la sublevación contra la República, el gobierno comete el error de licenciar a todas las tropas con la paga integra, con la ilusoria pretensión de conseguir que los soldados abandonen a los oficiales rebeldes. Lo único que consigue es desmantelar lo que le queda del Ejercito. Esto obliga a recurrir a los civiles armados. Estos grupos de voluntarios de toda condición, en el mejor de los casos, tienen la asesoría de algún oficial profesional. Gran cantidad de mujeres ingresan en éstas fuerzas, y se mezclan mujeres comprometidas con otras que, simplemente, la nueva situación revolucionaria les ha dejado sin oficio.

Al conocerse que los militares más reaccionarios ubicados en la colonia española situada en el actual Marruecos se han sublevado contra el gobierno republicano del Frente Popular, mucha gente simpatizante de la República se echa a la calle espontáneamente, a exhortar al pueblo sobre la necesidad de resistir y combatir al golpe de estado. Tienen certeza de que el triunfo de los facciosos no sólo supondría el fin del régimen, sino el de la libertad. Tras cinco años de convulsa acción-reacción política, saben asimismo que la represión será brutal. Las mujeres, que comienzan a atisbar con la República ,especialmente para ellas, el comienzo de la libertad y sobre todo la igualdad, se desligan en éste momento de su histórico rol pasivo y postergado y se lanzan, como en aquel lejano 2 de mayo, a combatir lo que saben supondrá el fin de su apenas acariciado sueño. En todo el mundo llama la atención éste arrojo de las españolas guerrilleras, ya que se trata de la primera vez en siglos que la mujer pasa a la acción directa.

Tomado gran cantidad de territorio enemigo de un modo fugaz e inesperado, un nuevo hálito de esperanza renace en zona republicana. Las mujeres-soldado de ésta gesta nada tienen que ver con las milicianas de dos años atrás. La guerra y la resistencia han originado el pragmatismo y la militarización en los dos sexos.

En Abril de 1938, las fuerzas franquistas dividen en dos la zona republicana, que sólo pueden comunicarse por mar y aire. Para entonces, se forma un auténtico Ejército republicano, comparable en organización y disciplina a las fuerzas contrarias. En un último y titánico esfuerzo. los republicanos cruzan el Ebro, en cantidad de tropa y combatividad desconocidos hasta el momento. Es un último esfuerzo por unir de nuevo las dos zonas, o como mínimo evitar la toma de Valencia por Franco y alargar la guerra hasta enlazarla con la segunda guerra mundial, ya inminente en Europa. Así se dará origen a la mayor y mas duradera batalla de la guerra, que supondrá la casi total destrucción de lo más selecto del Ejército Republicano, y lo que es peor, de toda esperanza de victoria. La consigna de este combate casi suicida será «Resistir es vencer. En ésta batalla también hubo comisarias de alto grado, que dieron ejemplo de valentía a unas tropas a las que se denominó justamente»La quinta del biberón»

Durante toda la guerra, la República casi siempre fué inferior en cuantía de material militar. Pero sobre todo en el sector de las municiones de material pesado. La dificultad de afluencia de material soviético por el bloqueo anglo-francés, llevó a la reconversión de talleres de todo tipo en fábricas de obuses, de un modo a veces artesanal, lo que comprometía mucho la regularidad en los suministros.

El sector agricola en España estabá estancado practicamente en el medievo, tanto en las relaciones laborales con los caciques como técnicamente. La revolución que originó la guerra no sólo revertió completamente las condiciones laborales de los campesinos, sino que aportó modernización con material comprado a la U.R.R.S.

A partir de Marzo de 1937, Franco decide cesar en sus intentos de tomar Madrid. Decide tomar el norte de España,aislado geograficamente y mal organizado politica y militarmente. Los brutales bombardeos en los que se ensaya la táctica de tierra quemada por los nazis, animan a los republicanos a proteger a los niños trasladandolos a la U.R.R.S. y a México..

Ante la continua perdida de territorio en el norte, la República decide, como en Brunete, una gran ofensiva para distraer fuerzas enemigas y elevar la moral. El punto elegido es Zaragoza, pero Franco no mueve sus tropas y ordena que Belchite, situado enfrente, resista la avalancha hasta la muerte. El resultado es la total destrucción de una milenaria población de bello estilo mudéjar, que además no será reconstruida, como único y macabro monumento con cientos de victimas sepultadas en el mundo. Con ello pretendía dejar testimonio de la «maldad roja».

Paulatinamente avanzaba la guerra, la mayoria de las mujeres que se habían lanzado a la lucha en el frente, fueron reincorporadas a la retaguardia para ocupar los puestos de trabajo necesarios abandonados por los hombres. La inicial revolución dió paso a una solución pragmática, ya que la presencia de mujeres y hombres juntos en el frente se consideró que relajaba la combatividad. Aun así, hubo muchísimas excepciones.
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